Presente entre dos mundos que irradian con sus dulces colores de armonía sutil, dan fuerza dan risa, dan amor para vivir. Se mezclan como cual especie animal tratando de sobrevivir y seguir sintiendo el instinto de la manada.
Azul se apega a mi piel como el hermoso mar que deje a minutos de aquí.
Rojo es izquierda, es pasión, amor y sutileza.
Amarillo es mi lugar, mi tranquilidad, el mundo en que suelo despertar.
Verde es soñar, café es mi cuerpo, celeste es volar, es abrir.
Sentada frente a mi mesa de dibujante, la mitad de la ventana abierta y el típico viento cruzino que se apega a mi espalda como sus abrazos.
Seguiré mirando con mis ojos sinceros, mis manos ligeras, mi voz estremecida y nuestros cuerpos inquietos por vivir volaran aun más y esta vez sin caer hacia el mal, sin pisar tristeza ni dolor, esta vez sonreiré y luego se los mostraré.
(Pintura realizada por mi)




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